lunes, 23 de noviembre de 2015

Arranca la Historia del Congo

Hola,
En pasadas ocasiones había mencionado mi disposición de hacer una historia del Congo. Hoy sale al público y continuará durante varios episodios a lo largo de las semanas. Puede ser utilizado como respaldo de la lectura del libro "El sueño del celta" de Mario Vargas Llosa. En este primer capítulo, que está dividido en dos partes, comenzamos con la descripción de la geografía del gran río Congo. Será determinante para los temas que tratemos más adelante tener presente la configuración geográfica de toda la cuenca del río.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Depredadores



¿Alguna vez leyeron algo sobre el experimento de la cárcel de Stanford? En 1971 un grupo de psicólogos de la Universidad de Stanford creó un ambiente controlado, una cárcel, en el que introdujo a un grupo de estudiantes (que hacían las veces de guardas y prisioneros) con el fin de estudiar cómo reaccionaban ante este ambiente externo. El experimento, al parecer, se salió de control porque los estudiantes se tomaron su papel muy en serio –incluso el director de la investigación terminó por convencerse de que era el “superintendente” de la prisión–. Tal indagación se canceló a los 6 días. Los “guardias”, a pesar de ser jóvenes sanos física y mentalmente, comenzaron a tener conductas sádicas y comportamientos que humillaban al grupo que había sido escogido como “reclusos”. Incluso, sus acciones tendían a empeorar por la noche, cuando creían que las cámaras estaban apagadas. Alguno “reclusos” terminaron con trastornos emocionales. ¿Qué puede enseñar un raro experimento con este?

A pesar de las críticas, una de las conclusiones de la investigación fue que la situación fue la que provocó las conductas de los guardias y no sus personalidades. Parece ser que ante una situación en la que una persona tiene mucho poder, impunidad y gente bajo su control va a reaccionar de manera que pueda sacar todo el provecho de aquellos bajo su mando. Y esto se expresa de muchas maneras, aunque la más tangible es la violencia. 

He mencionado este caso porque quiero adelantar algunos apartes del ensayo que escribo sobre la novela El sueño del celta de Mario Vargas Llosa. En las selvas del Congo belga y en las de la Amazonía peruana la situación era muy parecida a la creada para el experimento de Stanford. Los colonos tenían total impunidad, permiso para hacer lo que quisieran y una motivación extra: unas avariciosas ganas de dinero. En consecuencia, los nativos de África y América debieron sufrir las vejaciones perpetradas por un grupo de extranjeros (tal como los “prisioneros” del experimento). 

Por ejemplo, en Iquitos, capital de la maquinaria de la Peruvian Amazon Company (PAC), el Gobierno peruano no tenía ninguna presencia. Y los policías y fiscales eran pagados por la empresa explotadora de caucho. Esto hacía que los capataces y “racionales” de la PAC tuvieran completa libertad para explotar, asesinar, mutilar y, en fin, hacer lo que fuera necesario para que la  producción de caucho se mantuviera al alza. Además, los empleados de Julio C. Arana, dueño de la empresa, no tenían salarios fijos sino que estos dependían de cuánto caucho pudieran proveer. También contaban con bonificaciones si el caucho recaudado un año superaba al del año anterior. Estas condiciones desembocaron en uno de los exterminios de nativos más grandes desde la conquista de América.

En el Congo la situación era parecida. Y tenían el permiso de la religión, que suponía que los africanos eran paganos y salvajes. Torturar, matar y castigar no eran entonces motivo de culpa y quienes cometían tales acciones contaban con la excusa de que estaban haciendo su trabajo y que eran ellos quienes se buscaban sus propios castigos.

Estos temas serán tratados en Entre el horror y la valentía, el ensayo que preparo. Me parece que se me está yendo un poco de las manos en la extensión, pero estoy seguro de que será muy fácil de leer y de gran ayuda para aquellos que quieren leer la novela El sueño del celta, pero cuentan con escaso conocimiento sobre el contexto histórico en que están enmarcados los hechos.

Roger Casement fue, sin duda, un hombre excepcional y arriesgado que encaró las mentiras del colonialismo solo para morir sin ningún honor en una cárcel de Inglaterra. Leer esta novela ha sido una de las grandes experiencias de mi vida de lector y espero compartir este entusiasmo con quienes aún no la han leído. Espérelo pronto, en La Iguana Lectora.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Lo que la lectura me ha dejado



Antes de empezar a escribirlo pensé en titular este texto “Lo que he aprendido leyendo”, pero no habría sido exacto. No quiero escribir sobre aquello que la lectura me ha dado en un sentido enciclopédico. Es decir, ahora conozco datos que son fruto del leer: sé que la Tierra gira alrededor del Sol y que macho y hembra son categorías biológicas en contraposición a hombre y mujer, que son categorías culturales. Quisiera, por otro lado, hablar sobre ciertas manías que la lectura me ha dejado.  Comportamientos que los lectores empiezan a tener a causa de sus lecturas. Los lectores, lo digo sin miedo a equivocarme, son un tipo de persona.

Cuando lees tienes que estar atento a la manera en cómo están escritas las cosas. Sobre todo si hablamos de literatura. Los adjetivos dicen mucho, los puntos, las comas. Hay que prestar atención cuando tienes en frente un narrador en primera persona. Nadie habla de sí mismo con absoluta sinceridad, aunque parezca que sí. Tomen por ejemplo al personaje de El corazón delator, quien dice no estar loco pero sabemos que lo cierto es que sí lo está. Sus acciones hablan por él. Saber que debo prestar atención a las palabras escritas ha hecho que me fije mucho en la manera en que la gente habla y dice las cosas. Suelo corregir aquello que me suena extraño de forma automática. Las azafatas de Viva Colombia suelen decir: “su celular debe estar completamente apagado”. Lo cual es raro, puesto que los celulares o están encendidos o no lo están, sin puntos medios. Por lo que sobra ese “completamente”. Sin embargo, sí funciona tal adverbio cuando las mismas aeromozas dicen: “el espaldar de su silla debe estar completamente recto y la persiana de la ventana completamente abierta”. ¡Ahí si cabe! Las persianas pueden estar cerradas a medias y las sillas tienen puntos medios en su inclinación. 

No quiero que crean que uno se convierte en un señalador de cosas “mal” dichas. Hay que reconocer que la verdadera regulación del idioma reside más en el uso que le dan a este sus hablantes que en las decisiones académicas. Sin embargo, tal disloque sintáctico de las azafatas obedece a una falta de reparo en la manera de decir las cosas (lo que es un extravío de la idea que se quiere transmitir). Otro día fui a comprar un yin en el centro y el local donde me atendieron tenía el glorioso nombre de “Apple Green”. ¿Apple Green? Sí. Lo más probable es que quien decidió nombrar el establecimiento así no cayó en cuenta de que en inglés el adjetivo va siempre antes del sustantivo que modifica. Por lo cual una traducción literal de manzana verde debería ser, en lugar de Apple Green, Green Apple.
 El cerebro humano es un órgano excepcional. Se sabe que es el pedazo de materia más organizado de todo el universo conocido. A los niños les gusta aprender, pero parece ser que tal gusto por el aprendizaje va disminuyendo con la edad (sobre todo si desde los 5 hasta los 16 años lo encierran a uno en un lugar llamado colegio). La lectura puede revivir la pasión por saber nuevas cosas. Leer enseña datos antes desconocidos y hace que uno emprenda inéditas aventuras. Leer me ha convertido en un aprendedor -sé que la palabra no existe pero ilustra lo que quiero transmitir- de tiempo completo. La curiosidad que la lectura despierta se expande a todos los terrenos de la vida cotidiana. He terminado por querer saberlo todo. Las historias antiguas y los idiomas más lejanos y distintos de la lengua local. Parece algo bueno a simple vista pero el conocimiento es placer y el placer se convierte en vicio asombrosamente rápido. 

Ser un lector me ha dejado muy buenos amigos también. Es indiscutible que una lectura  escogida por uno revela mucho acerca de quién somos. Saber que alguien más pudo leer el mismo texto que tú quiere decir que quizá tienen los mismos intereses y se parecen en algo. Los amigos lectores que tengo son de los mejores. Son siempre personas sensibles, empáticas, interesantes. Las charlas de lector a lector duran horas. Y el intercambio de conocimiento es fabuloso.

Por último la lectura me ha dejado, como no, muchos libros. Mi dinero tiende a irse en la compra de volúmenes literarios, históricos y científicos. Tengo una biblioteca bien nutrida y eso es gracias a que leo en grandes cantidades. El lomo de los libros que me acompañan me recuerda que quizá la vida no sea suficiente para emprender la aventura de leer todo lo leíble. Yo guardo la esperanza de que me alcance para leer la mayor parte.