Escribir es una pasión casi
espiritual para algunos. Para otros un oficio mecánico (pensemos en las
secretarias o redactores de juzgado). Una forma de ganarse la vida; pienso en
los periodistas en este caso. Mucha gente se beneficia del acto de escribir;
sin embargo, no parece que todos lo hagan a conciencia, procurando que lo
escrito no contenga errores (desde los sencillos de ortografía y puntuación
hasta los garrafales de pésima sintaxis). Muchas veces el lector se encuentra
ante textos escritos a la carrera, sin una pisca de originalidad y buena
redacción.
Con la idea de que se puede
enseñar a escribir y que el proceso puede llegar a ser divertido el escritor
Andrés Hoyos se presentó en la mañana de ayer en el auditorio principal del
edificio de extensión de la Universidad de Antioquia. El cartel que anunciaba
su visita decía que iba a estar en compañía de Héctor Abad. Ya estando allá
hubo una disculpa de parte del autor antioqueño: no iba a estar esa mañana.
Hoyos estaba en la ciudad para presentar su nuevo libro, publicado por la
editorial de la revista El Malpensante, de la cual él mismo fue director durante
años. La conversa inició con el auditorio lleno. Una lástima que poco a poco
los estudiantes se salieran. Con todo, hasta el final Andrés Hoyos no dejó de
dar buenos concejos y ejemplos para quienes están interesados en el oficio de
la escritura. Acá algunos de ellos:
“En Colombia la gente quiere
decir cosas, pero no sabe cómo decirlas. Tenemos un problema de escritura
básica”
“La escritura no tiene que ser un
martirio”
“La escritura correcta es aquella
que no comete errores gramaticales, pero que no se entiende”
“La escritura es una colección de
hábitos que se interiorizan”
“El lector contemporáneo es muy
escurridizo, hay que seducirlo, nuestro texto debe decir ´léame que esto es una
berraquera´”
“No se pueden violar las normas
sin haberlas adquirido”
“Toda persona que sabe escribir
tiene estilo”
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